La fitorremediación como aliada en la descontaminación

No hace falta ser un experto para ver la enorme diferencia entre la selva amazónica y el Bois de Boulogne o los bosques de nuestras rutas diarias. En comparación, nuestros bosques europeos son mucho más pequeños. Por ejemplo, los bosques de la UE cubren 178 millones de hectáreas de bosque, Rusia no se cuenta, pero no es una parcela forestal. Cada uno es un mundo diferente.

La fitorremediación como aliada en la descontaminación

La fitorremediación es un proceso de purificación de suelos y aguas que utiliza plantas y microorganismos para eliminar o reducir la presencia de contaminantes. Es una tecnología sostenible y económica que puede reemplazar de manera efectiva los métodos tradicionales de eliminación de contaminantes. La fitorremediación se basa en la capacidad de ciertas plantas para extraer y metabolizar contaminantes como metales pesados, hidrocarburos y compuestos orgánicos persistentes del suelo y el agua.

En nuestro lenguaje cotidiano, un «bosque» es un espacio dominado por árboles, pero la palabra esconde casi tanta realidad como la especie arbórea. Las personas también han dado forma a paisajes enteros, de modo que hoy cada bosque es único y tiene efectos muy específicos en el equilibrio global del planeta.

Los bosques más grandes del mundo juegan un papel importante y fundamental, especialmente cuando sus sistemas originales aún están intactos y, por lo tanto, en el pico de su eficiencia, pero no reemplazan a nuestros bosques locales, que tienen su propio impacto directo y complementariedad.

Plantación forestal de Miyawaki en París por la asociación Boomforest

Los bosques son los lugares naturales donde han evolucionado gran parte de las especies vivas y aún encuentran su espacio ideal para desarrollarse.

Un bosque no es la suma de los árboles que lo componen, es el resultado de acciones y reacciones, competiciones, crecimientos y colapsos.

El botánico japonés Akira Miyawaki es uno de los científicos cuyas investigaciones han permitido comprender los numerosos beneficios de los bosques para nuestras sociedades humanas. Ya sea en términos de vidas humanas salvadas o de infraestructuras salvadas, las zonas forestales con ecosistemas locales y naturales protegen a la población de estas catástrofes. Puede que no todas las partes del mundo estén tan sujetas a los peligros naturales como Japón, pero el riesgo de vientos, inundaciones y terremotos sigue siendo una preocupación para toda sociedad humana. Plantar bosques locales es una forma sencilla, eficaz y accesible de protegerse contra ellos.

Los bosques prestan una serie de servicios a las sociedades humanas que siguen siendo muy difíciles de definir de forma exhaustiva, ya que son muy numerosos y complejos.

Lo que hace falta es un nuevo enfoque ecológico, acorde con los tiempos que corren. Los servicios y beneficios que proporcionan los bosques sólo alcanzan todo su potencial si son ecosistemas autosuficientes, es decir, sistemas naturales en equilibrio con su entorno. Restaurarlos o incluso recrearlos no consiste simplemente en plantar árboles al azar o de forma industrializada. El profesor Akira Miyawaki comenzó su carrera científica interesándose por la noción de vegetación natural potencial, es decir, la vegetación que crece de forma natural en un lugar determinado de acuerdo con las condiciones climáticas, topográficas y evolutivas. En otras palabras, es la vegetación que crecería espontáneamente si la intervención humana fuera mínima o incluso inexistente.

Plantación forestal de Miyawaki en París por la asociación Boomforest – evolución en el tiempo

El profesor Akira Miyawaki lleva más de 40 años trabajando en la restauración de estas zonas, pero con un método que ahorra tiempo a la sucesión ecológica, para adecuar estos bosques a la escala temporal humana. La intuición del profesor era que si reprodujéramos la etapa final de la sucesión ecológica desde el momento de la plantación, ahorraríamos mucho tiempo al anticiparnos a las etapas de la selección natural, siempre que, por supuesto, tuviéramos una visión clara de lo que habría producido esta selección.

Plantación colectiva de árboles y acolchado

La siembra es un momento de intercambio y descubrimiento, cuya necesidad se hace cada vez más patente en el siglo XX.

Acción concreta, inmediata y eficaz, la plantación de bosques locales es innegablemente útil, tanto desde el punto de vista ecológico como cultural, para redescubrir una realidad que se nos ha escapado durante la evolución industrial de nuestras sociedades, la de los árboles.

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