¿Qué sucede con el suelo cuando los agricultores orgánicos dejan de arar?

Los análisis de tierra para largo plazo tienen importancia plena en la consideración de los terrenos. Los especialistas de ISARA y una red de investigación europea que fue guiada por FibL (Suiza) se hicieron una pregunta: ¿en qué momento los especialistas en agricultura orgânica dejan de arar sus terrenos?

Como parte de una agenda común, recogieron muestras de 9 pruebas experimentales en Europa y estudiaron la diferencia entre labranza y labranza en la preservación de carbono. El reserva de C se incrementa en la superficie de horizonte, aunque la circunstancia esté considerada, que mantiene la erosión del terreno y aumenta la infiltración de H2O.

A pesar de ello, en el horizonte que se había arado previamente y que se encontraba bajo (15-50 cm de grosor), la reserva de C disminuía en la gran mayoría de los lugares.

De modo que, la incorporación de stocks de C en el suelo en promedio posee un aumento de 90 kg por hectárea y cada año, en los cincuenta centímetros más altos del terreno, con una diversidad de sitios.

Combinar la agricultura sin labranza y la ecología es, por tanto, un instrumento con el que cuidar nuestro planeta, sin embargo es una ocasión para amoldarse más adecuadamente al cambio climático.

Puede hallarse mayor información en un entrada de acceso abierto que se publicó recientemente en La labranza ach achicada en la agricultura orgánica desmejora las reservas de carbono orgánico del piso en la Europa temperada.

El equipo de investigadores de Isara que trabaja en el tema:

  • Joséphine Peigné, profesora-investigadora en agronomía y jefa de la Unidad de Investigación en Agroecología y Medio Ambiente.
  • Thomas LHUILLERY, Técnico Experimental y Metrología de Campo

¿Qué sucede con el suelo cuando los agricultores orgánicos dejan de arar?

Al momento en que los agriculturalistas orgánicos dejan de trabajar la tierra, se genera una transformación positiva en la estructura y el contenido del suelo. Estas transformaciones se deben a que el laborar la tierra de manera tradicional es posible que genere consecuencias dañinas para la salud del terreno. Aquí se encuentran ciertas de los provechos positivos de desistir de arar.

  1. Mejora de la estructura del suelo: El arado puede romper la estructura del suelo, especialmente cuando se realiza de manera intensiva y repetida. Esto puede resultar en una compactación del suelo y la pérdida de agregados. Al dejar de arar, se permite que los microorganismos y las raíces de las plantas creen túneles y canales en el suelo, mejorando su porosidad y permitiendo un mejor flujo de agua y aire.
  2. Aumento de la materia orgánica: El arado puede acelerar la descomposición de la materia orgánica del suelo al exponerla al aire. Al dejar de arar, se conserva la capa superficial del suelo, donde se acumula la materia orgánica, lo que conduce a un aumento de su contenido. La materia orgánica mejora la fertilidad del suelo al proporcionar nutrientes, retener agua y promover la actividad de microorganismos beneficiosos.
  3. Reducción de la erosión: El arado puede desestabilizar la capa superficial del suelo, lo que aumenta el riesgo de erosión por el viento y el agua. Al dejar de arar, se mantiene una cobertura vegetal y una estructura del suelo más estable, lo que ayuda a prevenir la pérdida de suelo fértil por erosión.
  4. Conservación de la vida del suelo: El arado puede interrumpir y dañar la vida del suelo, incluyendo los microorganismos, las lombrices y otros organismos beneficiosos. Al dejar de arar, se preserva la biodiversidad y la actividad de estos organismos en el suelo, lo que es esencial para la descomposición de la materia orgánica, la ciclización de nutrientes y la mejora de la salud del suelo en general.
  5. Mayor retención de agua: El arado puede aumentar la tasa de evaporación del agua del suelo al romper su estructura y exponerlo al aire. Al dejar de arar, se crea una capa superficial más compacta y cubierta vegetal que reduce la pérdida de agua por evaporación, lo que resulta en una mayor retención de la humedad en el suelo.

Es fundamental tener en cuenta que dejar de arar puede estar sujeto a distintas formas de administración del suelo, como el empleo de métodos de plantación directa, acolchado o explotación en tramos. Estas maniobras facilitate la minimización de la lucha de los vegetales no deseados y preservar una cobertura del terreno correcta. También, cada circunstancia agrícola es particular y requiere enfoques personalizados a las características propias del suelo y de los cultivos.

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